Tony Cragg: un escultor de creatividad sin límites

Tony Cragg: un escultor de creatividad sin límites

Selena Mattei | 19 sept 2024 6 minutos de lectura 0 comentarios
 

Tony Cragg es un escultor británico conocido por su uso innovador de materiales como el plástico, el vidrio y el metal para crear formas abstractas y orgánicas. Su obra explora la relación entre el mundo natural y el industrial y ha sido una figura destacada de la escultura contemporánea desde la década de 1980.

Tony Cragg en el Museo del Hermitage, 2016. Autor: Ninadanilova, vía Wikipedia


Tony Cragg

Sir Anthony Cragg CBE RA, nacido el 9 de abril de 1949 en Liverpool, es un reconocido escultor anglo-alemán que vive en Wuppertal, Alemania, desde 1977. El trabajo de Cragg es reconocido por su uso innovador de materiales y esculturas distintivas que a menudo presentan formas fluidas y orgánicas.

Como uno de los escultores más destacados del mundo, Cragg explora continuamente la relación entre las personas y el mundo material, utilizando una gama ilimitada de materiales y ampliando los límites tanto de las ideas como de las formas. Su práctica escultórica se nutre tanto de la naturaleza como de los sistemas industriales, creando un nuevo lenguaje escultórico que desafía la percepción del espectador.




Cragg ganó prominencia en la década de 1980 con su obra innovadora que puso a prueba los límites de los materiales y la forma. Su formación científica influye en gran medida en su enfoque artístico, impulsando su curiosidad y experimentación. En obras recientes, Cragg se ha centrado en interpretaciones abstractas de la figura humana, utilizando estructuras totémicas para explorar temas de compresión y expansión, donde los perfiles humanos emergen sutilmente dentro de la composición general.

Cragg nació en una familia en la que su padre era ingeniero aeroespacial. Inicialmente trabajó como técnico de laboratorio antes de dedicarse a su pasión por el arte. Estudió en el Gloucestershire College of Arts and Technology, luego en la Wimbledon School of Art de Londres y completó un máster en escultura en el Royal College of Art en 1977.

Su traslado a Wuppertal estuvo motivado por factores tanto personales como profesionales, entre ellos la disponibilidad de un espacio de estudio asequible y la gran apreciación cultural por la escultura en Alemania. A lo largo de su carrera, Cragg ha traspasado constantemente los límites del arte escultórico, combinando formas industriales y orgánicas de forma innovadora, con una profunda fascinación por el material y la estructura.




Inicios de mi carrera: transformación de objetos encontrados

Las primeras obras de Cragg giraban en torno a instalaciones específicas construidas a partir de materiales encontrados y descartados. A finales de la década de 1970 y principios de la de 1980, ganó reconocimiento por su uso audaz de objetos cotidianos. Su pieza revolucionaria, “Stack” (1975), ejemplifica este período, junto con obras posteriores como “Red Indian” (1982-83), que utilizó fragmentos coloridos de materiales para formar relieves figurativos. Cragg organizó estos fragmentos por sus colores y formas para crear composiciones más grandes, a menudo comentando temas sociales y ambientales.

En 1981, Cragg completó “Britain Seen from the North”, una de sus obras más emblemáticas. La pieza, hecha con retazos multicolores, representa el contorno de Gran Bretaña desde una perspectiva lateral. La figura central de la obra, que representa al propio Cragg, contempla la isla desde el punto de vista de un forastero. Esta reflexión sobre su tierra natal resonó tanto en el público como en la crítica, especialmente teniendo en cuenta los desafíos políticos y económicos que enfrentó Gran Bretaña durante el gobierno de Margaret Thatcher. Esta obra ahora forma parte de la colección de la Tate.




“Formas tempranas” y “seres racionales”

A principios de los años 80, Tony Cragg dejó de centrarse en las instalaciones para pasar a prácticas escultóricas más convencionales, centrándose en los elementos individuales de sus obras. Esta transición marcó el comienzo de su experimentación con materiales duraderos como la madera, el yeso, la piedra, la fibra de vidrio, el kevlar, el acero inoxidable y el bronce. Durante este período, su enfoque innovador le valió exposiciones en instituciones destacadas como la Galería Arnolfini de Bristol y la Galería de Arte Whitechapel de Londres.

El estilo distintivo de Cragg y su creciente reconocimiento le llevaron a recibir el Premio Turner en 1988, un logro histórico que coincidió con su representación de Gran Bretaña en la Bienal de Venecia y su nombramiento como profesor en la Kunstakademie Düsseldorf.

En la década de 1990, Cragg se centró en dos series importantes: “Early Forms” y “Rational Beings”. “Early Forms” investiga la transformación de objetos cotidianos como botellas y recipientes en esculturas abstractas y dinámicas que imitan formas biológicas como células y organismos. Por su parte, “Rational Beings” presenta esculturas elaboradas con fibra de carbono y poliestireno, lo que refleja el interés de Cragg por la interacción entre la precisión geométrica y las formas orgánicas. Estas obras, inspiradas en sus dibujos gestuales, utilizan discos en capas para crear formas que evocan la complejidad de la vida orgánica.

Cragg considera la escultura como un medio para explorar cómo los materiales y sus configuraciones influyen en nuestras percepciones y emociones. Su serie “Early Forms” reformula objetos familiares en formas novedosas, provocando nuevas respuestas y significados emocionales. Por el contrario, “Rational Beings” examina el contraste entre los fundamentos racionales y geométricos de las estructuras orgánicas complejas y las respuestas emocionales que provocan, enfatizando que su trabajo busca comprender no solo nuestra apariencia, sino también por qué somos como somos.




Grandes exposiciones y premios

La prominencia de Tony Cragg en el mundo del arte se consolidó a través de numerosas exposiciones y premios durante las décadas de 1990 y 2000. Sus esculturas se exhibieron en instituciones importantes como la Galería Nacional de Praga, el Centro Georges Pompidou de París y la Tate de Liverpool. Su uso innovador de los materiales evolucionó hasta incluir bronce, acero, piedra y madera, lo que refleja su continua exploración de la forma y la técnica.

Entre los galardones que ha recibido Cragg se encuentran el Premio Turner, que recibió en 1988, año en que representó a Gran Bretaña en la Bienal de Venecia. En 2001 recibió el Premio Shakespeare, en 2002 el Premio Piepenbrock de Escultura y en 2007 el Praemium Imperiale de Escultura de Tokio. Entre sus distinciones también se incluyen el Rheinischer Kulturpreis en 2013, el Premio de Bellas Artes de Colonia en 2012 y el Premio a la trayectoria en escultura contemporánea del Centro Internacional de Escultura en 2017. En 2009 fue nombrado Comendador de la Orden del Imperio Británico (CBE) y en 2016 Caballero Licenciado, y en 2012 recibió la Orden del Mérito de Primera Clase de la República Federal de Alemania.

Cragg ha sido profesor en la Kunstakademie Düsseldorf y en la Ecole Nationale Supérieure des Beaux-Arts de París. Sus exposiciones se han realizado en lugares destacados, como el Museo del Louvre de París (2011), el Museo CAFA de Pekín (2012) y el Museo Nacional de La Habana (2017). Entre sus últimas exposiciones individuales se incluyen Castle Howard en York (2024), Kunstpalast Düsseldorf (2024) y Houghton Hall en Norfolk (2021). Su obra se exhibe de forma destacada en espacios al aire libre, como el Nasher Sculpture Center de Dallas y el Museo Estatal del Hermitage de San Petersburgo.

La influencia de Cragg en la escultura contemporánea es profunda; sus técnicas innovadoras y su exploración conceptual continúan dando forma al campo hoy en día.

Artistas relacionados
Ver más artículos

ArtMajeur

Reciba nuestro boletín informativo para coleccionistas y amantes del arte