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Volver a la lista Añadido el 26 mar 2005

La Sala LAi acogió durante el mes de Enero de 2005 la ocupación espacial Caminitos, obra de la pintora y fotógrafa BEATRIZ GUTIERREZ.
Caminitos traduce, por medio de imágenes fotográficas, el rastro, la huella dejada por el ser humano en su interacción con el medio.

Componen la serie, quince obras de formato medio tratadas en blanco y negro. Son registros visuales realizados desde la distancia, la lejanía y la despersonalización, en los que la metáfora visual y la expresión indirecta son el código plástico elegido, el elemento a partir del cual, se inicia el juego gráfico.

ESCUCHANDO EL VIENTO ENTRE LOS PINOS es un texto escrito por esta artista española con ocasión del encuentro de arte íntimo celebrado en el eextospacio expositivo de la sala LAi-

c a m i n i t o s
F O T O G R A F Í A S D E B E A T R Í Z G U T I É R R E Z



PERCEPCIÓN.

"Escuchando el viento entre los pinos", es el título de una pintura china de la dinastía Song datada hacia el año 1246.
Johan Huizinga, en " El otoño de la Edad Media ", nos habla del tono de la vida en el occidente de la misma época, señalándonos, la convivencia del hombre con el silencio absoluto y la oscuridad, así como el efecto de una sola antorcha en la noche, o el sonido de una aislada voz en la lejanía.
Un único sonido era un acontecimiento valioso que debía ser escuchado, un dato esporádico que debía ser registrado en la memoria perceptiva.

En los siglos que sucedieron a esta época, hemos asistido de forma gradual a la toma de posiciones del sonido en detrimento del silencio, llegándose en la actualidad, a un giro de ciento ochenta grados. El sonido, se erige como protagonista absoluto en un entorno, en el que es look obligado el relleno acústico del espacio público; y en no pocas ocasiones, se ha trastocado en ruido, contaminación acústica y patología social agresiva, susceptible de ser tratada judicialmente como delito.

El silencio es un acontecimiento valioso que debe ser escuchado, la congelación de la imagen, un dato esporádico que debe ser registrado en la memoria perceptiva.

Escuchar el silencio, es una de las propuestas valiosas de la montaña. Una propuesta lograda tras subir 500, 1000, 2000 m... Y también la congelación de la imagen, la pérdida de funcionalidad de la misma, la detención de un plano visual durante una, dos, tres horas, únicamente modelado por el tamiz variable de la luz. La fotografía como sucedáneo del instante perceptivo, la congelación del tiempo y el silencio.



TRADUCCIÓN.

Un camino visto desde la lejanía, desde la montaña, no es un espacio de comunicación. No es un espacio apto para el tránsito en el que sucede una acción. No es un elemento de uso para acortar distancias. No es un elemento dinámico. Es simplemente una línea que incide en el espacio, o muchas líneas cortando el espacio... muchos caminitos.

Algo debe aportar la propia mirada a la percepción espacial, a la percepción visual. No se entiende de otro modo la escasa identificación con el resultado final de la mayoría de las imágenes fotografiadas que pretenden retener y traducir la idea inicial. Ese pasmo personal ante lo insólito del registro fotográfico, ante la autonomía persistente de cualquier medio de trabajo, obliga a replantear imágenes, temáticas o incluso a abandonar proyectos.
En el caso de caminitos, una sola imagen se corresponde con el inicio, con el punto de partida; el resto han necesitado una traducción perceptual; una traducción a imagen estéticamente asumible; una visualización de otro tipo de caminos; el reflejo de la huella, de la acción efímera y no perdurable del ser humano en su interacción con el medio, se convierte así, paradójicamente, en un reflejo de quietud y atemporalidad más literal, que la imagen objeto de la primera atención.
Por ello, en un momento dado señalé refiriéndome a la serie caminitos: "Son registros visuales realizados desde la distancia, la lejanía y la despersonalización, en los que la metáfora visual y la expresión indirecta son el código plástico elegido, el elemento a partir del cual se inicia el juego gráfico"; y ahora debo aclarar, que la metáfora, señala la diferencia con el punto de partida perceptivo (los caminos), transformado por ensayo-error, y por los distintos procedimientos de trabajo en el resultado final.



PROCESO

Todo útil de trabajo impone la ley de su medio. La cámara traduce, el ordenador ¿reitera, domina, dice?, los plóter dejan su rastro, el carpintero también...y como colofón, una vez planteada y terminada la puesta en escena , procede la inevitable pregunta . De la idea inicial, ¿queda algo?. ¿Queda algo perceptible para un supuesto espectador, o todo esto es un lenguaje de autistas? ; ¿o simplemente todo queda en una autoprescripción terapéutica ejecutada como exhalación, en un único sentido direccional: el de ida?, ¿es el resultado un fósil arquetípico de la idea inicial?...

... Y finalmente, todo este galimatías, ¿es perceptible? ¿tiene alguna importancia?.

... La interacción con el medio deja rastros, huellas. Alguna huella es captada en imágenes pretendiendo trascender la mera acción inicial, transformarla en ritmos, contrastes, persistencias, en permanencia y atemporalidad.



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