Rachel Ruysch (1664-1750) fue una reconocida pintora holandesa del siglo XVII, ampliamente reconocida por sus bodegones florales. Nació el 3 de junio de 1664 en La Haya, Países Bajos, en una familia de artistas. Su padre, Frederick Ruysch, era un famoso anatomista, lo que le dio la oportunidad de desarrollar la precisión anatómica en sus pinturas de flores.
Rachel Ruysch estudió pintura con Willem van Aelst, un pintor de bodegones, y más tarde con su tío, el paisajista Jacob van Walscapelle. Rápidamente ganó notoriedad por su excepcional talento artístico al representar flores y naturalezas muertas, un género artístico popular en ese momento.
Trabajó principalmente en Ámsterdam y La Haya a lo largo de su carrera. Sus pinturas fueron muy apreciadas por la nobleza europea, en particular la corte real de Guillermo III de Orange-Nassau, rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
Las obras de Rachel Ruysch se caracterizan por su precisión botánica, composición detallada y paletas de colores vibrantes. Logró capturar la belleza fugaz de las flores en sus cuadros de una manera excepcional.
Continuó pintando y exhibiendo sus obras durante toda su vida, convirtiéndose en una de las artistas más exitosas y famosas de su tiempo. Murió el 12 de agosto de 1750 en Ámsterdam, dejando un legado duradero como una de las pioneras de la pintura de bodegones florales en el arte holandés del siglo XVII. Sus obras se exhiben hoy en numerosos museos de todo el mundo y siguen siendo muy apreciadas por los coleccionistas de arte.