El mundo del arte está de luto por Benjamin Vautier, conocido como Ben, fallecido el 5 de junio a la edad de 88 años. Ben, figura clave del movimiento Fluxus, se suicidó en su casa de Saint-Pancrace, Francia, poco después de la muerte de su esposa Annie tras un derrame cerebral. Sus hijos, Eva y François, confirmaron la noticia.
Ben era famoso por sus frases pintadas, fantasiosas y profundas, que se volvieron omnipresentes en Francia. Sus obras basadas en texto, que combinan humor, sátira y reflexión profunda, han hecho que su trabajo sea accesible y estimulante. El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó la influencia de Ben y dijo: “En los kits de nuestros niños, en tantos objetos cotidianos e incluso en nuestra imaginación, Ben había dejado su huella. »
El ministro de Cultura francés, Rachidi Dati, elogió a Ben como “un orfebre del lenguaje” cuyas casi 12.000 creaciones han dejado una huella indeleble en generaciones.
Nacido en Nápoles en 1935, la juventud de Ben estuvo marcada por la agitación: viajó por Turquía, Egipto y Suiza antes de establecerse en Niza, Francia. Su pasión por el arte comenzó en una librería donde trabajaba cuando era adolescente, recortando y guardando páginas de libros de arte que le fascinaban.
De 1958 a 1973, Ben dirigió una tienda de discos en Niza que también hacía las veces de galería, la Galerie Ben Doute de Tout (“Ben duda de todo”). Allí conoció a artistas influyentes como Yves Klein y George Maciunas, cofundador de Fluxus. Klein animó a Ben a incorporar texto en su trabajo, una característica definitoria de su arte.
Ben ha desdibujado las líneas entre el arte y la vida cotidiana con su serie Living Sculpture y sus gestos o gestos performativos. Aunque exploró varios medios, sus pinturas basadas en texto, que a menudo declaraban todo el arte (tout est art), fueron sus obras más famosas.
El legado de Benjamin Vautier consiste en romper con las convenciones y celebrar lo mundano como arte. Sus obras divertidas y perspicaces seguirán inspirándonos, recordándonos que el arte está entretejido en la trama de la vida cotidiana.