Raquel (2021) Pintura por Janto Garrucho

Trabajar en el retrato de esta mujer fue una experiencia única y emocionante. Desde el momento en que nos sentamos juntas para discutir la idea, supe que quería capturar su esencia de una manera especial, que reflejara su personalidad y singularidad.
Durante nuestras conversaciones, exploramos diferentes poses y escenarios que pudieran transmitir quién era ella realmente. Después de mucho deliberar, llegamos a la conclusión de que una pose serena y contemplativa, sentada en un banco de piedra, sería perfecta. Queríamos que pareciera como si estuviera en un momento de introspección, pero a la vez conectada con la naturaleza que la rodeaba.
El detalle de las manos juntas, con una mariposa emergiendo delicadamente entre ellas, surgió como un símbolo de su conexión con la belleza y la libertad. La mariposa, con sus colores vibrantes y su gracia en el vuelo, añadió un toque de magia y ligereza a la composición.
Elegimos situarla en una terraza clásica, rodeada de columnas majestuosas que evocaban una sensación de elegancia atemporal. El fondo del lago y el paisaje proporcionaba un telón de fondo tranquilo y sereno, realzando la atmósfera de calma y armonía que queríamos transmitir.
Durante el proceso de pintura, me esforcé por capturar cada detalle con precisión y cuidado, desde la expresión en su rostro hasta la textura de la piedra del banco. Cada pincelada era una oportunidad para capturar su belleza interior y exterior, así como la conexión con su entorno.
Al finalizar la obra, sentí que había logrado capturar la esencia única de esta mujer y crear una pieza que no solo era visualmente impresionante, sino que también resonaba con su personalidad y su historia. Esperaba que cada vez que ella contemplara el retrato, se sintiera reflejada en él y recordara el proceso creativo que compartimos juntas.

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