En San Juan (2021) Fotoğraf José Antonio Muñoz tarafından

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  • Bu çalışma bir "Open Edition" dır. Fotoğraf, Giclée Yazdır / Dijital baskı
  • boyutlar Çeşitli boyutlarda
  • Birkaç destek mevcut (Güzel sanatlar baskı kağıdı, Metal baskı, Tuval Baskı)
  • Çerçeveleme Çerçeveleme mevcut (Yüzer Çerçeve + Cam Altı, Çerçeve + Akrilik Cam Altında)
  • Sanat eserinin durumu Eser mükemmel durumda
  • Kategoriler Konsept sanat Pop Kültür
Ese día caminé por la pequeña plaza de San Juan, asombrado por la cantidad de gente y puestos de mercado que había. Había de todo: frutas y verduras frescas, ropa, artesanías, flores y regalos de todo tipo. Los bares estaban abarrotados de gente, incluso en la calle había grupos de personas charlando y disfrutando de la tarde. Mi hija[...]
Ese día caminé por la pequeña plaza de San Juan, asombrado por la cantidad de gente y puestos de mercado que había. Había de todo: frutas y verduras frescas, ropa, artesanías, flores y regalos de todo tipo. Los bares estaban abarrotados de gente, incluso en la calle había grupos de personas charlando y disfrutando de la tarde.

Mi hija llamó mi atención, señalando un puesto de pulseras con runas, al final no se decidió por ninguna. Mi mujer se detuvo a mirar unas lámparas artesanales y algunos juguetes para Sofía. Yo me fijé en unos jabones naturales y me planteé la posibilidad de comprar alguno, pasé de largo aunque al final volví y compré uno de Alepo.

Mientras caminábamos, la plaza se estaba llenando cada vez más de gente. Era difícil avanzar con tantas personas alrededor, y el aire se volvía cada vez más cálido y sofocante. Sin embargo, la idea de que toda esa gente estaba allí porque les iba bien, porque tenían salud, me reconfortaba. Era un recordatorio de que no todo en el mundo eran malas noticias, me alejaban por un tiempo de los malos ratos pasados en el lugar dónde trabajo, donde el sufrimiento y el miedo son constantes en cada paciente, en cada persona.

Finalmente, decidí parar a descansar y tomar una cerveza. Me senté en una de las terrazas y vi a algunos conocidos caminando por la plaza. Nos saludamos y nos preguntamos mutuamente cómo nos iba. Era agradable sentirse parte de una comunidad activa y alegre, rodeado de gente que disfrutaba de la vida. A pesar de la incomodidad de tanta gente y de avanzar tan lento, me sentí agradecido por poder disfrutar de un momento tan tranquilo en medio de tanta agitación. De nuevo el Movimiento me da la vida.

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A menudo, en cuanto amanece, voy en tu busca, mi cámara se dirige hacia ti, de una manera u otra te admira. Eres como una figura majestuosa que emerge de mis sueños, de tus sueños, desplegando tu esencia al[...]

A menudo, en cuanto amanece, voy en tu busca, mi cámara se dirige hacia ti, de una manera u otra te admira. Eres como una figura majestuosa que emerge de mis sueños, de tus sueños, desplegando tu esencia al mundo. Desde detrás de mi lente, voy atesorando esos fugaces momentos en los que te conviertes en el protagonista de mi universo visual. 

Avanzas con determinación hacia la esquina, cruzas una calle sin mirar, sin notar mi presencia oculta tras el objetivo. En cada uno de tus pasos, siento cómo mi corazón se estremece, aunque tú no lo sepas. Ignoras que, a través de los cristales de mi cámara, capturo imágenes que narran historias inspiradas en ti. 

Aunque nuestras vidas solo se entrelazan en el mundo de la contemplación, me completa la mera idea de ser testigo de tus vivencias. A través de mis fotografías, construyo paisajes que rozan lo etéreo y retratos que revelan tus secretos más profundos. Me sumerjo en las luces y sombras de risas o llantos, buscando reflejar el brillo de tu esencia. En mi mente se despliegan imágenes de mañanas de invierno o tardes de verano, donde tú y yo nos encontramos en cada encuadre, capturados en el abrazo cálido de un instante fugaz. 

Tú eres la luz que guía mis imágenes, el motivo que ilumina mis días. Sin embargo, permanezco en las sombras, oculto tras el visor de mi cámara. Mi objetivo sigue enfocando, y cada disparo representa un fragmento de mi alma que busca tu mirada, anhela capturar la esencia perfecta a tu lado. 

En el refugio de los encuadres, la composición y la edición, te rindo homenaje en cada imagen, te hago inmortal en mis fotografías. En cada amanecer, cuando la luz se despliega y transforma el mundo en una paleta de colores, eres mi guía, mi inspiración más profunda. Aunque nuestras vidas solo se crucen en el instante congelado de una fotografía, sé que nuestras almas se encuentran en la eternidad de cada imagen, donde las emociones y los sentimientos se capturan quizá para siempre.

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